Por: Arely Díaz Peña
Introducción
Introducción
El enfoque metacognitivo abarca
lo referido a la consciencia y los mecanismos de regulación y control
de los procesos cognitivos, asimismo, enfatiza que las personas tienen
control sobre su actividad cognitiva a partir del conocimiento y
concienciación de sus procesos mentales. En este sentido, el enfoque
parte de una premisa importantes en la educación, tales como, el
aprendizaje entendido como un proceso que se construye, donde la
persona requiere de una interacción entre lo que sabe y la adquisición
de conocimientos para construir significado de lo que aprende.
Igualmente, los procesos mentales organizan la memoria y guían el
pensamiento, por ello el esquema es un concepto importante en el
enfoque cognitivo. Según Bruning, Schraw, Norby y Ronning (2005) los
esquemas son marcos mentales que se utilizan para organizar el
conocimiento, así la persona comprende y construye su saber a partir
del desarrollo de la percepción y la atención.
Otra premisa resaltante en el
enfoque metacognitivo es el de aprender con significado para
desarrollar el pensamiento, para ello conviene estimular los procesos
cognitivos tales como la autonomía, la atención, la percepción, la
memoria y la resolución de problemas, los cuales permiten realizar
tareas cognitivas complejas. Vale decir, que la práctica continua
refuerza los procesos autónomos destinados a incrementar las
capacidades cognitivas. La autoconciencia y la autorregulación son
necesarias para garantizar el desarrollo cognitivo, lo cual conduce
a crear un ser estratégico y reflexivo. De allí que en la enseñanza el
docente incluya la incorporación de actividades destinadas a
consolidar el autocontrol del aprendiz.
Desde estas perspectivas surge
que en el enfoque metacognitivo se considere importante procesar
información y automatizarla para fortalecer el aprendizaje en la
persona. Asimismo, este enfoque considera la metacognición,
entendida como un proceso de alto nivel donde la persona toma
conciencia de sus propios pensamientos, la habilidad para
autocontrolarse y regularse desde su actividad mental. Para Flavell
(1985) en la educación se debe considerar desde la enseñanza que los
alumnos incrementen sus estrategias de aprendizaje a partir del
autoconocimiento, autocontrol y regulación de los procesos mentales.
En consecuencia, el campo
educativo en la actualidad tiene desde la metacognición una alternativa
para promover el aprendizaje con consciencia y destreza mental, es
decir, donde el alumno controle y autorregule sus procesos cognitivos.
Vale estas ideas para mejorar la enseñanza del docente con estrategias
que ayuden el fortalecimiento de estos procesos mentales, significa
prepararse para una enseñanza reflexiva, planificada y consensuada, con
ideas de aprender con significancia y hacer que los alumnos conozcan,
regulen y controlen la actividad mental. Por consiguiente, el docente
está comprometido a preparar planificación con estrategias reguladoras
de procesos metacognitivos, espacios donde el estudiante asuma su
aprender ligado al evaluar, pues sí se aprende se valora lo que se
aprende.
De lo antes expuesto se deduce,
que la experiencia del alumno, sus expectativas e intereses ayuda a que
el docente establezca caminos para lograr avances en el aprendizaje. De
esta forma, la complejidad implícita en la evaluación es perceptible en
la incorporación de los aspectos didáctico, formativo, psicológico y
regulador. Asimismo, se advierte la rigurosidad y exigencia del
proceso, pues cada acción, planificada debe lograr que el estudiante
demuestre la capacidad para resolver problemas y por consiguiente,
autonomía en su saber y simultáneamente favorecer su autoimagen.
Sin embargo, la efectividad del
trabajo evaluativo se subordina a la habilidad manifiesta por el
docente para planificar estrategias favorecedoras de la autorregulación
y el autoconocimiento de los procesos cognitivos desarrollados por el
estudiante, quien debe ser el más beneficiado con las acciones
organizadas. De ahí, la importancia que se aprecia en la evaluación y
la relación que deba considerarse entre la enseñanza y el aprendizaje,
como elementos que coadyuvan al buen sentido de acto evaluativo.
Cultura Metacognitiva al enseñar y evaluar
Todo proceso desarrollado por el docente presenta características particulares que vienen dadas por su forma de pensar y los conocimientos que de esos procesos se tengan, la enseñanza y la evaluación son uno de ellos por tanto el docente al planificar toma en cuenta las realidades del contexto y el contenido programático con una serie de estrategias que son las que viabilizaran el trabajo y la intención de la práctica pedagógica. El estado de ánimo que presente el docente es de suma importancia pues según Ferreres y otros (1999) arguye que el mejoramiento de la persona interiormente está relacionada con el aprendizaje, en este caso reconoce que los docentes planifican mejor si hay motivación porque les hace reflexionar en el antes y el ahora de la práctica pedagógica.
Los procesos de enseñanza y
evaluación comienzan a encontrarse y darle sentido en la práctica.
Cuando se da un comportamiento diferente de manera consciente la
persona demuestra un cambios de actitud, esto desarrolla de manera
procesual la modificabilidad cognitiva, Feuerstein (1980). En la
actualidad, evaluar viene facilitado con la reconstrucción del proceso
enseñanza y éste a su vez, con el aprendizaje del niño. Es introducir
mejoras sustanciales en la práctica docente y el aprendizaje del
niño, pues cada uno comienza a revisar el potencial que presenta. La
evaluación desde esta perspectiva metacognitiva puede contribuir a la
autorregulación y de toma decisiones.
Según Ríos (2004), las personas
después de reflexionar, autorregular y autocontrolar su pensamiento
demuestran cambios a través de su conducta. La práctica evaluativa
tendrá éxito sólo sí comienza la reflexión en la forma de pensar y
actuar del docente, para ello Santos (1995) expresa que los docentes
tienen la primera palabra cuando de evaluación se habla y que sus
alumnos serán los primeros cuando reconozcan el potencial que tienen
para aprender y valorarse, por tanto los dos son corresponsables de los
éxitos evaluativos. Por tanto, la reorientación del proceso evaluativo
contribuye al desarrollo del proceso de metacognición, pues los
intentos por cambiar son producto de autorevisión y reconocimiento de
mejorar.
La sociedad actual está
necesitada de autocontrol y reflexión de sus actuaciones, es por ello
que el docente día a día debe coadyuvar desde su enseñanza y
evaluación a que estas ideas sean plausibles y ayudadoras a la
reconstrucción de la sociedad con personas pensantes, reflexivas y
autovalorativas de su hacer. Cuando el docente comienza a evaluar con
estrategias pertinentes a lograr actividad estratégica en el alumno, se
abre el camino a nueva cultura metacognitiva de enseñar y evaluar. Para
Díaz (2010) las personas tienen que vivir experiencias para fomentar el
desarrollo de la autorregulación y autocontrol de su saber, solo así
pueden controlar su proceso mental por tanto, el docente debe permitir
a sus alumnos realizar tareas donde planifiquen lo que van a
solucionar, así antes de empezar, razonará la situación planteada,
consecuentemente, decidir cuál es la estrategia más adecuada y generar
reflexión sobre lo que hace.
Finalmente, es dejar que los
alumnos desarrollen sus potencialidades y estimularles a la
satisfacción de lo que hacen desde su autovaloración y cultivo de de
habilidades y sintonía con el pensamiento positivo ante la vida; que
reflejen un enfoque optimista y una actitud de sinceridad y comprensión
con lo que hace. Vale decir, que debe abarcarse el intelecto, la
emoción y la intuición en el proceso de aprendizaje, aspectos básicos
que dinamizan un aprendizaje dinámico y una evaluación reflexiva.
Aproximación a la Modificabilidad de la Enseñanza y la Evaluación
Los cambios en la enseñanza y
evaluación actualmente, confrontan retos presentados por nuevos
enfoques, estilos de pensamiento divergentes y propuestas para
planificar con nuevas estrategias, razones que contribuyen a realizar
cambios en el momento de planificar. Cada docente presenta un estilo
de enseñar y evaluar producto de sus teorías implícitas, manifestación
que posibilita que se considere los dos procesos bajo un paradigma, sin
embargo, producto de la formación permanente, de la experiencia y de la
reflexión que se desarrolle el maestro comienza a reconstruir su
enseñanza y evaluación. Desde esta perspectiva la dinámica de la clase
se configura con el principio de la participación de los alumnos, a
través de las propias experiencias y descubrimientos para constituir un
vínculo entre lo que sabe y lo que aprenderá en la escuela.
En tal sentido, desde la
experiencia docente surge según Díaz (2010) esquemas de planeación de
la clase uno de ellos es la PODEPA que facilita el aprendizaje
significativo en los estudiantes y el reordenamiento de la clase
participativa.
El esquema PODEPA se interpreta
como un sistema de pasos que el docente puede tomar en cuanta al
momento de desarrollar sus actividades evaluativas. Las siglas expresan
planificación, ordenamiento, desarrollo, exanimación, preguntas y
aprendizaje. La planificación contribuye a que el docente prepare sus
actividades diarias, en este sentido, debe tomar en cuenta el tema y
las estrategias a desarrollar, éstas son el camino que conduce la
actividad. En cuanto al ordenamiento conduce a colocar los alumnos en
actividades donde se desarrolle el aprendizaje cooperativo, por tanto
el reacomodo grupal de los estudiantes es de suma importancia. Vale
decir, que la alternativa del aprendizaje cooperativo es una estrategia
que el docente realiza y que permite estructurar la clase con mayor
participación del estudiante.
El desarrollo de la clase estará dado con la puesta en marcha de las estrategias metacognitivas así como de las técnicas e instrumentos para evaluar, tal es el caso de observación, cuestionario, análisis de producciones e intercambios orales. En relación con las estrategias evaluativas se encuentran: Mapas mentales, y conceptuales, redes semánticas, producciones escritas, artísticas, autoevaluaciones, coevaluaciones, cuadros sinópticos, matrices, registros con recuerdos de acontecimientos, entrevistas. En cuanto al uso de la pregunta como técnica que coadyuva al desarrollo de la clase se considera en este esquema porque promueve la reflexión y pensamiento crítico. Por consiguiente, el aprendizaje estará dado con el desarrollo de destrezas, habilidades y estrategias metacognitivas.
Por último, este esquema
pretende aproximarse a desarrollar los procesos de enseñanza y
evaluación cónsonos con el uso de estrategias desde el enfoque
metacognitivo, por cuanto corresponde a un enfoque dinamizador y
creativo del aprendizaje del estudiante. Asimismo, favorece una
práctica pedagógica innovadora, reflexiva y regulada que se fundamenta
en la medida que el docente realiza su quehacer en el aula y el niño
aprende con participación.
Referencias
Bruning, R; Schraw G; Norby, M (2005) Psicología cognitiva y de la instrucción. Madrid: Pearson Prentice Hall.
Díaz, A. (2010). Enfoque
Metacognitivo de la evaluación para el Subsistema Educación Básica en
la Segunda Etapa de Educación Primaria: Caso Distrito Escolar Nº 1,
Municipio Torbes, Estado Táchira. Tesis para optar al título de Doctor
en Educación. Venezuela: Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico Rural Gervasio Rubio.
Feuerstein, R; Rand, y
Hoffmann. (1980) Effects of instrumental enrichment. An intervention
program for the cognitive modificability. Baltimore: University Press.
Ferreres, V; Garín, J;
Jiménez, B; Martín, E; Barrios, CH, y Vives, M (1999) El desarrollo
profesional del docente: evaluación de los planes provinciales de
formación. Barcelona: Oikos-tau.
Flavell, J. (1985). El desarrollo cognitivo. Madrid: Visor.
Ríos, P. (2004). La aventura de aprender. (4ª ed). Caracas: Cognitus.
Santos, M. (1995). La evaluación un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Madrid: Aljibe
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