viernes, 21 de junio de 2013

DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN "DNF" con EVIDENCIA CIENTÍFICA.


DNF basado en evidencia científica from Cth Consultores

Cómo transcender la subjetividad de quienes hacen la Detección de Necesidades de Formación "DNF", Detección de Necesidades de Adiestramiento "DNA" y/o Detección de Necesidades de Capacitación "DNC", para ello proponemos DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN "DNF" con EVIDENCIA CIENTÍFICA. Una inversión segura.

jueves, 20 de junio de 2013

La paternidad modifica el cerebro y mejora la memoria

El nacimiento de un hijo implica cambios en la vida de una persona. Es muy común hablar de la maternidad y de las modificaciones físicas y hormonales que sufre la mujer durante esta etapa. Pero, sin embargo, poco se conoce sobre la biología del vínculo padre-hijo. ¿Qué sucede realmente en el cerebro de un hombre cuando se convierte en papá? Poco a poco la ciencia está comenzando a buscar respuestas. Nuevas investigaciones hechas tanto en animales como en seres humanos demuestran que la paternidad produce cambios físicos y químicos en el cerebro y, además, que el vínculo padre-hijo refuerza y mejora funciones cognitivas fundamentales como la memoria y al aprendizaje.
Y es que las neuronas del cerebro adulto se reconfiguran y crecen en respuesta a los grandes cambios de la vida, como la paternidad. “El cerebro es altamente plástico y todo lo que sucede en nuestra vida lo modifica en mayor o menor medida. Cada vez hay más evidencia de las neurociencias que demuestran que el amor paternal tiene una red del cerebro que comparte algunas estructuras con otros tipos de amor –como el romántico–, pero que algunas áreas le son exclusivas y que tienen funciones en el apego y las relaciones sociales”, explicó Ezequiel Gleichgerrcht, investigador en neurociencias cognitivas de Fundación Ineco.
En 2006, investigadores de la Universidad de Princeton, EE.UU., analizaron la estructura del cerebro de los monos llamados titís (Callithrix jacchus) y encontraron que era distinta en los titís que eran papás en comparación con los que no lo eran. El estudio publicado en la revista Nature Neuroscience concluyó que quienes eran padres tenían una mayor densidad de conexiones en una región del cerebro conocida como la corteza prefrontal que juega un papel crucial en funciones cerebrales superiores como la cognición.

En otra investigación, el psiquiatra de la Universidad de Basilea (Suiza) Erich Seifritz y su equipo utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para demostrar que cierta área del cerebro de los padres se activa al oír el llanto de un bebé: la amígdala, que está implicada en el procesamiento de las emociones.

Hormonas. Cuando los padres tienen a su hijo recién nacido en brazos, aumenta su producción de oxitocina, la misma hormona que ayuda a las mujeres durante el parto a la contracción del útero, y prolactina, la hormona que se encarga de la producción de leche en las madres durante la lactancia. Esta es la conclusión a la que arribó un estudio de las universidades de Yale (EE.UU.) y de Bar-Ilan (Israel) en las que se evaluó a 160 hombres antes de ser padres y durante los seis meses posteriores. Estas hormonas actúan sobre la amígdala, centro emotivo del cerebro y se cree que ello condiciona los sentimientos y pensamientos en relación con el recién nacido.
Ser padre saca a la luz el lado más femenino de los hombres. Un estudio de 2011 demostró que los niveles de testosterona –la hormona masculina por excelencia– se reducen significativamente tras la paternidad. Es más, cuanto más implicado está el padre en la crianza del bebé, más se reduce su testosterona, según señaló el trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. “La disminución de la testosterona parece ser un ajuste biológico que ayuda a los hombres a cambiar sus prioridades cuando llegan los hijos, ya que rasgos como la agresividad y la competencia son menos útiles”, dijo Christopher Kuzawa, antropólogo de la Universidad Northwestern de EE.UU. y uno de los firmantes del estudio.

Pero lo cierto es que aún queda mucho por conocer acerca de la función de estas hormonas en cuanto a su vinculación con el rol paterno.

“Se conoce menos sobre el amor paternal (en referencia exclusiva a padres) que el maternal que es el que suele investigarse. Los estudios en humanos y animales demuestran que se activan redes que disparan cambios hormonales en testosterona, oxitocina, prolactina y otros químicos importantes para el afecto y las conductas sociales. Se conoce poco aún de las áreas cerebrales: en padres, comparado a no-padres, se activa la corteza prefrontal y la amígdala cuando su hijo llora, pero aún es poca la evidencia de la red neural específica de este tipo de amor”, dijo Gleichgerrcht.
Pero no hay dudas de que las relaciones humanas significantes, como lo es la relación padre-hijo, contribuyen a la salud mental “porque implican activaciones de circuitos que favorecen la sociabilización, un factor protector ante los estresores de la vida”, concluyó el investigador.

sábado, 15 de junio de 2013

Nacen cada día muchas más neuronas de las que se pensaba

Hace cincuenta años, tras la crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962, se acordó limitar las pruebas nucleares. La preocupación en la opinión pública por la escalada del armamento y los ensayos nucleares, obligaron a los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética a firmar al año siguiente el Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas Nucleares, aunque Francia y China continuaron realizándolas. Éste prohibía los ensayos en la atmósfera, bajo el agua y en el espacio, permitiendo sólo los subterráneos.

Como consecuencia de estas detonaciones, los niveles de carbono-14, una forma no radiactiva de ese elemento, crecieron en la atmósfera para descender posteriormente a partir de 1963, a niveles cercanos a los habituales. Con los alimentos, el organismo absorbe grandes cantidades de carbono contenido en los vegetales y animales y es utilizado posteriormente a medida que nacen nuevas células de las que pasa a formar parte.

Un grupo de investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), en el que participa Jonas Frisén, ha podido comprobar que las mismas concentraciones de este carbono pesado encontradas por aquellos años en el aire, se reflejan en las largas cadenas del ADN de las células del cerebro y gracias a ello han podido arrojar luz sobre un tema pendiente en neurociencia, el del nacimiento de nuevas neuronas en el cerebro adulto. El estudio se ha publicado en el último número de la revista Cell.

ARQUEOLOGÍA CEREBRAL
De este modo, las neuronas nacidas en los años cuarenta y cincuenta han sido datadas de igual modo que los arqueólogos fechan sus hallazgos. Midiendo la concentración en el hipocampo -la región cerebral asociada a los procesos del aprendizaje y la memoria-, de muestras de tejido procedente de personas fallecidas, los investigadores han encontrado que más de una tercera parte de estas células son renovadas a lo largo de la vida. Se ha estimado que alrededor de 1.400 neuronas nuevas se incorporan cada día durante la edad adulta en el hipocampo, un ritmo que apenas decrece con la edad. "Durante mucho tiempo se pensó que el hombre nacía con un número determinado de neuronas y que no se formaba ninguna nueva después del nacimiento", explica Frisén. Experimentos llevado a cabo hace 15 años con bromodeoxiuridina, una sustancia química que ya no se utiliza para estudios con personas, dejaron claro que sí había neurogénesis en el cerebro adulto, como habían sugerido trabajos previos, pero no zanjaron la polémica existente en este controvertido tema entre la comunidad neurocientífica.

Ésta "es la primera evidencia de que hay una sustancial neurogénesis en humanos a lo largo de su vida adulta, lo cual apunta a que esas nuevas neuronas contribuyen al funcionamiento del cerebro", destaca Frisén. "Aún a falta de analizar en profundidad las ventajas o desventajas de su modelización matemática, y sobre las que habrá que tener la debida cautela, los hallazgos de Spalding y colaboradores demuestran que existe en el hipocampo humano adulto una tasa de neurogénesis muy superior a la sospechada hasta ahora, que es similar en cantidad en hombres y mujeres, y que estas nuevas neuronas tienen en el ser humano una vida media de alrededor de 7 años, la mitad de la de las neuronas que nacieron durante el desarrollo cerebral.

Pero lo más importante de todo es que la tasa de neurogénesis adulta declina durante la vida del individuo mucho más despacio que en roedores. Así, mientras que en los ratones de laboratorio la tasa de neurogénesis decae a la décima parte del nivel de la neurogénesis inicial a los 9 meses de vida del roedor, que suele vivir una media de dos años, en el ser humano esta tasa sólo decae al 25% en toda la vida, como se ha visto ya que se examinaron cerebros de sujetos de hasta 92 años", explica José Luis Trejo, responsable del grupo de Neurogénesis Adulta del Instituto Cajal-CSIC.

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS NUEVAS NEURONAS?
Debido a que el proceso es similar en los roedores, la neurogénesis en humanos podría jugar el mismo papel que en aquellos, donde se ha demostrado que las neuronas recién incorporadas influyen en los procesos cognitivos y los desórdenes mentales. "Desde hace tiempo se sospecha que la depresión está relacionada con una menor neurogénesis en el hipocampo. Nuestros hallazgos podrían abrir el camino para desarrollar antidepresivos más efectivos una vez se comprenda a fondo todo el proceso", apunta Frisén.

Uno de los interrogantes que hoy persisten es la función que realizan las neuronas nuevas en el cerebro. Según explica José Luis Trejo, en los últimos 25 años se ha acumulado evidencia de que las neuronas inmaduras nacidas en el cerebro adulto cumplen una función importante para los circuitos neurales relacionados con el aprendizaje, memoria y respuesta a un medio ambiente en constante cambio. Incluso un reciente estudio publicado anteriormente en Science, apunta que una parte importante de las diferencias en la personalidad podría deberse a estas nuevas neuronas.

"Aquellos científicos reticentes a considerar relevante la neurogénesis humana adulta siguen teniendo razón en una sola cosa: los modelos matemáticos utilizados hasta la fecha no han sabido descubrir aún para qué sirven, en última instancia, estas nuevas neuronas en el hombre, pero a partir de este estudio, no podremos volver a decir que la neurogénesis adulta en humanos es una reminiscencia filogénica", opina Trejo. Y es que, explica el investigador del Cajal, en la escala filogenética, a medida que se asciende en las escala evolutiva, cada etapa tiene menos neurogénesis, lo que dio pie a que, en la década de los ochenta, muchos científicos de prestigio, ante las enormes evidencias de que existía neurogénesis en el cerebro adulto de los mamíferos, cuestionaran si esas nuevas neuronas servían para algo. 

Fuente: revista CELL

domingo, 9 de junio de 2013

1er Encuentro Regional de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado Carabobo


Los invito a participar en el 1er Encuentro Regional de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado Carabobo. Más información aquí.