Mostrando entradas con la etiqueta mente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mente. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de enero de 2014

¿Cómo sentimos las emociones en el cuerpo?

¿Cómo sentimos las emociones en el cuerpo?
Las conexiones entre las emociones y las partes del cuerpo podrían ser las mismas en las distintas culturas

Las personas de todo el mundo podrían sentir las conexiones entre la mente y el cuerpo del mismo modo. Por ejemplo, la ansiedad se relacionó consistentemente con cambios en la zona media del pecho, según un estudio.

Muchas frases reflejan el modo en que las emociones afectan al cuerpo: Una pérdida nos hace sentir "que se nos ha roto el corazón", notamos "mariposas" en el estómago cuando estamos nerviosos y las cosas muy desagradables "nos revuelven el estómago".

Ahora, un nuevo estudio finlandés sugiere que las conexiones entre las emociones y las partes del cuerpo podrían ser las mismas en las distintas culturas.

Los investigadores indujeron a los participantes finlandeses, suecos y taiwaneses a que sintieran varias emociones y luego les pidieron que relacionaran sus sentimientos con partes corporales. Conectaron el enojo con la cabeza, el pecho, los brazos y las manos; la repugnancia con la cabeza, las manos y la parte inferior del pecho; el orgullo con la parte superior del cuerpo, y el amor con todo el cuerpo excepto las piernas. Por lo que respecta a la ansiedad, los participantes la relacionaron en gran medida con la zona media del pecho.

"Lo más sorprendente fue la consistencia de las valoraciones, tanto en los individuos como en todos los grupos de idiomas y culturas a los que se realizó la prueba", señaló el autor del estudio, Lauri Nummenmaa, profesor asistente de neurociencia cognitiva en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Aalto, en Finlandia.


Sin embargo, a un experto estadounidense, Paul Zack, catedrático del Centro de Estudios de Neuroeconomía en la Universidad de Postgrados Claremont en California, no le impresionaron los descubrimientos. Desvalorizó el estudio, aduciendo que su diseño era muy pobre, que no consiguió comprender cómo funcionan las emociones y que "no prueba nada".
Pero, por su parte, Nummenmaa afirmó que la investigación es útil porque clarifica cómo están interconectadas las emociones y el cuerpo.

"Deseábamos comprender cómo trabajan juntos el cuerpo y la mente para generar las emociones", señaló Nummenmaa. "Al trazar un mapa de los cambios corporales asociados con las emociones, también intentábamos comprender cómo diferentes emociones como la repugnancia o la tristeza gobiernan realmente las funciones corporales".

Para realizar el estudio, publicado el 30 de diciembre en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores mostraron dos siluetas de cuerpos a aproximadamente 700 personas. Dependiendo del experimento, intentaron inducir sentimientos en los participantes mostrándoles palabras, historias, partes de películas y expresiones faciales con una alta carga emocional. Entonces los participantes colorearon las siluetas para que reflejaran las zonas del cuerpo que sentían que se volvían las más o las menos activas.

La idea era no mencionar las emociones directamente a los participantes, sino en lugar de eso hacerles "sentir distintas emociones", indicó Nummenmaa.

Los investigadores indicaron que algunas de las emociones podrían causar actividad en zonas específicas del cuerpo. Por ejemplo, las emociones más básicas se relacionaron con sensaciones en la zona superior del pecho, lo que quizá tenga que ver con la respiración y la frecuencia cardíaca. Y las personas relacionaron todas las emociones con la cabeza, lo que sugiere un posible vínculo con la actividad cerebral.

Pero Zack afirmó que el estudio no tomó en cuenta que las personas a menudo sienten más de una emoción al mismo tiempo. O la propia comprensión de la persona de la emoción puede ser engañosa, ya que las "áreas del cerebro que procesan las emociones tienden a quedar en gran medida fuera de la atención consciente", señaló.

Según Zack, hubiera tenido mucho más sentido medir directamente la actividad del cuerpo, como el sudor y la temperatura, para asegurarse de que las percepciones de las personas tuvieran una base en la realidad. Nummenmaa afirmó que él espera que la investigación futura vaya en esa dirección.

¿Cómo podría la presente investigación ser útil?

Zack es escéptico con respecto a que pueda ser útil, pero el autor del estudio tiene esperanzas de que lo sea.

"Muchos trastornos mentales se asocian con un funcionamiento alterado del sistema emocional, de modo que desentrañar cómo se coordinan las emociones con la mente y el cuerpo de individuos sanos es importante para elaborar los tratamientos de dichos trastornos", indicó Nummenmaa.

Después de esto, los investigadores quieren ver si las conexiones entre las emociones y el cuerpo cambian en las personas que están ansiosas o deprimidas. "Además, nos interesa saber cómo experimentan los niños y los adolescentes las emociones en sus cuerpos", dijo Nummenmaa.

FUENTES: Lauri Nummenmaa, assistant professor, cognitive neuroscience, Aalto University School of Science, Aalto, Finland; Paul Zak, Ph.D., neuroeconomist, chairman and professor, economics, and founding director, Center for Neuroeconomics Studies, Claremont Graduate University, Claremont, Calif.; Dec. 30, 2013, Proceedings of the National Academy of Sciences, online.


domingo, 15 de septiembre de 2013

¿Qué es el momento EUREKA?









Ese inspirador momento eureka que solo llega cuando el cerebro desconecta
Las vacaciones están para relajarse y también para permitir que el cerebro dé a luz grandes ideas. Dejar que la mente vague a sus anchas favorece que de pronto aparezca la solución a esas preocupaciones que nos llevan consumiendo durante meses en la mesa de trabajo. Es el momento eureka. Nace en las neuronas situadas sobre la oreja derecha y llega sin avisar, pero existe.

Tras varios días de darle vueltas y más vueltas al problema que le había encargado el rey sin llegar a ninguna conclusión, era hora de darse un baño y desconectar. Y, de repente, ahí estaba, ¡eureka!, claro como el agua. Arquímedes no pudo resistir la emoción y salió a la calle, aún desnudo y gritando “¡Lo he encontrado!”.

Aunque muchos historiadores han dudado de la veracidad de esta famosa anécdota, la exclamación atribuida a Arquímedes se ha instalado en el lenguaje para ilustrar ese instante feliz en el que alguien atormentado por un problema se topa con la solución en el momento en que se da por vencido y decide dejar de pensar en ello.

“Entré en un autobús para ir de algún sitio a otro. En el momento que puse mi pie en el escalón la idea vino a mí, sin nada en mis pensamientos que pareciera haber preparado el camino para ello: que la transformación que yo había utilizado para definir las funciones fuchsianas era idéntica a las de la geometría no euclidiana”, explicaba en 1908 el matemático francés Henri Poincaré.

Esto no solo les ocurre a las grandes mentes científicas enzarzadas en desenredar marañas de complejos abstractos. Todo el mundo puede tener un momento ¡ajá! y para alcanzarlo, lo mejor es levantarse de la mesa de trabajo y evadirse.

De pronto, cuando ni siquiera se tiene consciencia de estar pensando, aparece una solución que inmediatamente se reconoce como correcta, aunque después haya que desarrollarla, como hizo Poincaré: “No proseguí el razonamiento, ni hubiese tenido ocasión de ello, pues me senté en mi asiento y continué una conversación previa, pero estaba completamente seguro. A mi regreso a Caen lo comprobé concienzudamente por pundonor”. Lo curioso es que, normalmente, el afortunado no puede explicar qué proceso mental le ha llevado a la idea feliz.

Todo el mundo puede tener un momento eureka y para alcanzarlo, lo mejor es levantarse de la mesa de trabajo y evadirse.

En reposo, el cerebro hace excursiones

Pero, ¿el momento eureka existe realmente o es solo una sensación subjetiva? Según el investigador de la Universidad de Drexel (EEUU) John Kounios “sí, existe”, y aclara que hay dos mecanismos generales para la resolución de problemas: “De manera consciente y metódica, por análisis; y de forma repentina e inesperada, por inspiración”.

Gustavo Deco, jefe del grupo de Neurociencia Computacional de la Universidad Pompeu Fabra, ha estudiado a fondo qué hace el cerebro cuando no hace nada.

“Hemos visto que el cerebro en reposo está explorando todas sus posibilidades, probando toda su capacidad funcional. Se producen conexiones entre las diferentes áreas. Son lo que nosotros llamamos ‘excursiones dinámicas”, explica Deco a SINC.

Además añade que, “aunque relacionar nuestro trabajo con el efecto eureka es puramente especulativo, podría ser que en alguna de estas ‘excursiones’ se active una zona relacionada con el problema que cuando se estaba obsesionado con la solución del problema no se había encendido”.

Tómese un respiro
Desconectar y dejar vagar los pensamientos libremente puede ser considerado poco productivo y perjudicial. Además, según algunos psicólogos, es señal de infelicidad. Pero muchos científicos también lo han valorado como una fuente de inspiración.

Kounios, que ha investigado en profundidad los mecanismos neuronales del efecto Eureka, opina que “aunque dejar volar la mente dificulta ciertas actividades que requieren de atención constante, parece ser beneficioso para resolver problemas de forma creativa”.

Con la finalidad de comprobar que estos momentos de inspiración no son solo una percepción subjetiva, un grupo de investigación de la Universidad de california en Santa Barbara (EEUU) presentó un problema de creatividad a cuatro grupos de participantes.

El test consistía en encontrar tantos usos como fuera posible a un objeto dado durante un tiempo determinado.

El primer grupo descansó después de hacer la prueba por primera vez, el segundo realizó una tarea que reclamaba toda su atención. Otro equipo no tuvo descanso y al último se le entretuvo con una tarea poco exigente, que permitía a su mente distraerse con otras cosas. Cuando se les volvió a presentar el mismo tipo de test, solamente el cuarto grupo, el que había podido distraerse, mejoró su rendimiento.

Desconectar y dejar vagar los pensamientos puede ser considerado poco productivo, pero también se valora como una fuente de inspiración.

Desvelar qué es lo que ocurre en el cerebro cuando llega a estas conclusiones repentinas es otro cantar. ¿Actúa el mismo mecanismo neuronal en el proceso hacia una solución de forma metódica y consciente que cuando esta llega inesperadamente? ¿Es tan repentino como parece? ¿Dónde nacen estas ideas magníficas?

Las neuronas eureka están sobre la oreja derecha

“Nuestros estudios de neuroimagen muestran una activación del lóbulo temporal derecho, justo sobre la oreja, justo en el momento de la inspiración”, indica Kounios.

Según uno de sus estudios, publicado en la revista PLOS Biology, la idea nace en el hemisferio derecho del cerebro, sobre la oreja, en el llamado giro temporal superior (aSTG). Las neuronas de esta área forman conexiones, reconocen relaciones entre conceptos distantes y permiten entender metáforas y pillar las bromas.

A los participantes en este estudio se les presentaban tres palabras aparentemente sin relación (por ejemplo: roja, tarta y envenenada) y tenían que encontrar una con la que se pudiera formar conceptos relacionados con las tres palabras-problema (la solución en este caso sería manzana).

Se les preguntó si habían llegado a la solución por un proceso metódico y consciente o se les había ‘aparecido’. En el cerebro de aquellos que encontraban la respuesta por sorpresa se detectó una actividad repentina sobre la oreja derecha, en el aSTG.

Los científicos creen que esta área permite hacer conexiones insospechadas y rápidas entre conceptos conocidos. En el caso de Arquímedes, eso sería lo que le supuestamente le ocurrió al ver el desplazamiento del agua en la bañera y asociarlo con sus conocimientos sobre el peso y volumen de los objetos.

Aunque este estudio se hizo con problemas semánticos, Kounios asegura que “ocurre también con problemas visuales, por ejemplo, cuando una persona mira una imagen ambigua y repentinamente se da cuenta de lo que es”.

Según el científico “estos momentos eureka implican mecanismos cerebrales únicos” y asegura que a veces “conviene distraerse, dejar los problemas a un lado durante un tiempo y hacer otra cosa. Y entones, mirar al problema desde una nueva perspectiva”. Durante las vacaciones, nada de llevarse en la maleta los problemas con los que estamos obcecados.

Momentazos históricos

Verdad o leyenda, además de la historia de Arquímedes, hay varias anécdotas de cómo han nacido repentinamente algunas de las más grandes ideas de la ciencia.

Albert Einstein: El padre de la física estaba en tranvía, observando el reloj de la torre de Berna, cuando encontró la forma de reconciliar la teoría del espacio con la teoría del tiempo. El tiempo pasa a diferente velocidad dependiendo de cómo de rápido se mueva el observador. Es una de las bases de su Relatividad Especial.

Nikola Tesla: Paseando por un parque se le ocurrió la idea de corriente alterna e inmediatamente utilizó un palo para pintar la solución en el suelo. Al parecer para Nikola Tesla los momentos eureka eran el pan de cada día.

Philo Taylor Farnsworth: El inventor de las televisiones tal y como eran hasta la aparición de la pantalla LCD tuvo su gran idea mientras trabajaba en una plantación de patatas a los 14 años. Mientras araba los campos se dio cuenta de que un rayo de electrones podría escanear las imágenes línea a línea.

Kary Mullis: Conducía las tres horas que le separaban de su casa de fin de semana cuando se le ocurrió una idea que ha revolucionado el mundo de la biología. La PCR es una técnica que permite hacer millones de copias de un fragmento de ADN, la base de los análisis genéticos hoy día.

Percy Spencer: La idea del microondas para calentar comida nació cuando este ingeniero  se dio cuenta de que una chocolatina que guardaba en el bolsillo se había derretido mientras trabajaba con un radar.

Arthur Fry: Este científico estaba en la iglesia lamentándose de que los marcadores en su libro siempre se caían cuando se le ocurrió la genial idea de añadir un pegamento suave que había desarrollado un colega. Había nacido el post-it.

Más información: aquí

miércoles, 29 de agosto de 2012

Un viaje a los sentidos y la mente del consumidor

Un viaje a los sentidos y la mente del consumidor
Como el Neuromarketing puede mejorar la experiencia de compraComo el Neuromarketing puede mejorar la experiencia de compra
Las actuales técnicas de neuromarketing ofrecen diferentes posibilidades en función del nivel de profundidad al que se quiera llegar y la inversión que se esté dispuesto a realizar.
24-07-2012 (11:55:10) por David Martínez Roig  
El diseño de un punto de venta (mobiliario, colores, ubicación, promociones, secciones, etc.) mejora la experiencia de compra si hace uso de los conocimientos e información que le aporta el neuromarketing. Lejos del criterio “me gusta” o “no me gusta” es posible utilizar criterios objetivos para su optimización.

El análisis de los deseos de los consumidores, necesidades, experiencias, sentimientos, recuerdos, atención, percepción, memoria y motivaciones de las personas permite recopilar información fundamental para diseñar paso a paso la experiencia de compra.

Veamos un ejemplo concreto: el diseño de un lineal para un determinado punto de venta. Las actuales técnicas de neuromarketing (conocimientos aplicados de múltiples estudios, eye tracking y medición de la actividad de las ondas cerebrales) ofrecen diferentes posibilidades en función del nivel de profundidad al que se quiera llegar y la inversión que se esté dispuesto a realizar. (Lo normal es que a mayor profundidad del estudio exista un mayor retorno en la inversión)

La primera de las opciones citada anteriormente (y la más económica), la aplicación de los conocimientos adquiridos en multitud de estudios y experiencias nos indica que ante un mural desordenado de 20 metros de longitud repleto de productos de un color uniforme (por ejemplo, bandejas de productos cárnicos) el consumidor va a tener serias dificultades para localizar el producto que está buscando (por ejemplo, una bandeja de solomillo) y que en consecuencia la duración de su compra será muy alta (estará un buen rato buscando entre las bandejas) y su experiencia negativa. (A nadie le gusta perder el tiempo). Una clasificación vertical por colores, familias y modos de preparación (ej. Vacuno, porcino, ovino, hamburguesas, aves, conejo…) potencia la estimulación del cerebro reptiliano (muy sensible a los estímulos visuales; por ejemplo, el nervio visual es 40 veces más rápido que el nervio auditivo) y perceptualmente garantiza la localización exacta del producto, reduciendo el tiempo de compra y mejorando la experiencia.

La segunda opción es hacer uso del eye tracking para poder medir de forma objetiva exactamente el tiempo en el que se optimiza el tiempo de compra y la localización de productos, ofertas y promociones. La técnica del eye tracking sigue el movimiento de los globos oculares. El análisis de los movimientos oculares es un tipo de medición biométrica que resulta de gran ayuda para comprender actos no conscientes de los consumidores. La tecnología utilizada para llevar a cabo dicho seguimiento ocular utiliza cámaras de alta velocidad con la finalidad de rastrear el movimiento de los globos oculares, la dilatación de la pupila y el parpadeo del consumidor, entre otros factores.

La información recogida permite conocer los recorridos visuales de los sujetos y crear mapas de calor que indiquen los puntos “calientes” de la imagen, es decir, los lugares en los que la vista se detiene durante más tiempo. También nos pueden indicar las trayectorias que siguen y el orden en el que son examinados los elementos de diseño.

En España ya existen experiencias que han permitido optimizar el mural de lácteos. Estas aplicaciones han reducido el tiempo de compra de 72 a 30 segundos y han incrementado las ventas entre más de un 5 %.

La tercera de las herramientas de neuromarketing (la que información más detallada aporta y en consecuencia requiere de una mayor inversión) es la medición y el análisis de la actividad de las ondas cerebrales en el punto de venta. El equipamiento para el test neurológico es portátil y confortable por lo que no resulta intrusivo para los participantes en el estudio.

Las mediciones permiten capturar una gran cantidad de información proveniente de los cinco sentidos y analizar con un gran nivel de detalle como los consumidores perciben diferentes diseños de murales (colores, umbrales de percepción, número de facings, stoppers, promociones, etc.) para poder así comprar diferentes diseños y seleccionar aquel que se ajusta más a los objetivos del proyecto. Otra información relevante que aportan estos tipos de estudios es la detección de elementos “inhibidores” de la compra, elementos que son imposibles de detectar cuando en el diseño del punto de venta se utiliza el criterio “me gusta” o “no me gusta”.

Como conclusión y resumen indicar que diferentes técnicas de neuromarketing (que van desde una pequeña inversión y aplicación de conocimientos hasta estudios más complejos y detallados que miden las ondas cerebrales) permiten, de forma concreta y objetiva mejorar la experiencia de compra e incrementar las ventas optimizando los recursos existentes.