jueves, 15 de agosto de 2013

Los hábitos de los innovadores

Los hábitos de los innovadores

En el ADN de los Innovadores, trabajo realizado hace un par de años por Jeffrey H. Dyer, Hal B. Gregersen y Clayton M. Christensen, se describen los hábitos de gente como Steve Jobs, el hasta hace unas semanas visionario líder de Apple, y otros grandes innovadores actuales.

Esta investigación revela actitudes, comportamientos y habilidades comunes entre todos ellos, que les distinguen de la mayoría de directivos. Si ha sido posible descubrir estas características: ¿podría el resto de nosotros emularlas?

Antes de responder, déjame decirte que estudios realizados con personas gemelas idénticas, separadas al nacer, indican que nuestra habilidad para pensar de forma creativa viene dada, en una tercera parte, por la genética y, en las dos terceras partes restantes, por el aprendizaje: comprender las particularidades de cada habilidad, practicar una y otra vez con ellas y, finalmente, interiorizarlas.

Veamos ahora en qué consisten dichas cinco características:

Cuestionar, desafiar hipótesis, les permite romper con el statu quo y descubrir nuevas posibilidades. Steve Jobs no cejó en su empeño hasta lograr que su iPhone se controlara desde un solo botón, a pesar de que sus ingenieros insistían en que era imposible.

Observar, hasta los más pequeños, permite identificar problemas aún no resueltos o nuevas formas de hacer las cosas. iTunes e iPod fueron fruto de la pasión de Steve por la música y de su deseo de llevársela a todas partes con él, de una manera sencilla y práctica.

Experimentar, poniendo a prueba nuevas ideas y explorando sus posibilidades. Cuando pensamos en experimentos nos acordamos de científicos en bata blanca o de inventores como Thomas Edison, fabricando prototipos o lanzando experiencias piloto. ¿Imaginamos a Jobs destripando un Sony Walkman para juguetear?

Networking, con toda clase de directivos o personas de diferente perfil, les permiten obtener perspectivas muy distintas y contrastar sus propias reflexiones. Para ello visitan otros lugares, gente de otras disciplinas, asisten a conferencias impartidas por artistas, emprendedores, académicos o científicos que muestran sus ideas y proyectos con pasión, o participan en redes de intercambio de experiencias para ampliar sus horizontes de conocimiento.

Asociar, las cuatro pautas de acción anteriores, persiguiendo cultivar nuevos conceptos conectando problemas e ideas aparentemente inconexas. Para Steve Jobs “creatividad era conectar cosas” y eso fue lo que hizo con el primero de sus
iPods y con el resto de dispositivos que vinieron después.

En definitiva, el comportamiento innovador puede desarrollarse y fortalecerse a través del entrenamiento y la práctica. Hoy la mayoría de directivos comprende que es importante desarrollarlo, pero muchos desconocen aún el proceso y dónde practicarlo.

Con formación, coaching y desarrollo de habilidades, se pueden obtener grandes progresos en la propia capacidad para innovar, no solo en el desarrollo de productos y servicios, sino también de nuevos negocios o mejora de los existentes y en la mejora de procesos.

En cualquiera de los casos, lo primero es asignar tiempo, tanto uno mismo como el resto del equipo, para cultivar el pensamiento creativo y experimentar con nuevas ideas, es decir, para practicar la innovación, sin olvidar que habrá que ir sistematizando y organizando el proceso de aprendizaje o transformación, estableciendo objetivos medibles.

Ahí van algunos consejos adicionales para desarrollar tu propia capacidad innovadora. Construye una cartera de contactos para networking más allá del círculo de contactos cercanos; apúntate a una o varias asociaciones profesionales que ofrezcan oportunidades para reunirse y trabajar en grupo con directivos de, incluso, otras disciplinas; conócete mejor solicitando una evaluación de tus fortalezas y debilidades para la innovación; asiste a seminarios sobre el uso y aplicación de herramientas relacionadas con la creatividad y la innovación; trabaja sobre los resultados que arrojen las evaluaciones que hayas solicitado hacerte y ayúdate de un coach, en aquellos aspectos relacionados con tus comportamientos y actitudes que lo requieran.


Alcanzar la excelencia en innovación es algo que tampoco está a nuestro alcance. Se trata más bien de un camino que nunca tiene fin, y no de un destino. Durante ese recorrido, es bueno preguntarse regularmente, ¿cómo puedo seguir mejorando mis habilidades para la innovación? y continuar aprendiendo. Al fin y al cabo, ¿alguno de nosotros confiaría el desarrollo y crecimiento de su empresa a alguien con pocas habilidades para la innovación? Es decir, ¿a alguien incompetente en una de las competencias más eficaces hoy, tanto para el crecimiento como para la internacionalización?

Autor: Juan Liquete



lunes, 12 de agosto de 2013

Inteligencia social: la nueva ciencia del éxito

Inteligencia social: la nueva ciencia del éxito

Estás equivocado, absolutamente equivocado; y te lo voy a demostrar”. La persona que recibía estas afirmaciones era un militar de alta graduación y técnico experto que trabajaba para el departamento de Defensa, y la persona que las emitía era un asociado de mi compañía que tenía una gran capacidad técnica, pero una tremenda falta de habilidad social.

En un momento de la reunión con el experto del Gobierno, este opinó en contra de las posibilidades de una de nuestras tecnologías y mi compañero, que tenía una magnífica inteligencia  abstracta pero nula social, decidió que debía aclararle al militar algunas cosas. Sus palabras ocasionaron a nuestra empresa una pérdida de varios millones de dólares.

Competencia social
La capacidad para llevarse bien con la gente representa la inteligencia social, y es una de las competencias más importantes de nuestra inteligencia. Podemos decir que es una mezcla del entendimiento básico de las personas –una especie de percepción social estratégica– conjugada con una serie de capacidades para interactuar adecuadamente. La inteligencia social tiene cinco dimensiones sociales:

Un radar para leer el contexto social en el que nos encontramos y que nos permite elegir diferentes conductas.
Apariencia, qué es lo que los demás perciben de ti: confianza, auto-respeto y valoración personal.
Autenticidad, que no es más que una forma de conducta que genera la percepción de que eres honesto contigo mismo y con los demás.
Claridad, la utilización del lenguaje de forma efectiva, explicando los conceptos para que los demás los entiendan y persuadiéndoles con nuestras ideas.
Empatía, la capacidad de crear un sentido de conexión con los demás; hacer que los otros estén en tu misma onda y se te aproximen.

Todas estas dimensiones de conducta van desde una posición de altamente efectiva a muy poco efectiva, y su desarrollo ayuda a comprender el espacio social.

Tóxico o estimulante
Los comportamientos tóxicos contribuyen a la alineación al conflicto y a la animosidad, y hacen que los otros se sientan devaluados, molestos o frustrados; mientras que los estimulantes nos llevan hacia la empatía, la comprensión y la cooperación, y hacen que los otros se sientan valorados, capaces, respetados y apreciados. Las personas con una alta inteligencia social –aquellas que son esencialmente estimulantes en su conducta– resultan atractivas, mientras que las que tienen una baja inteligencia social resultan básicamente repelentes.

La principal causa de una baja inteligencia social es la falta de introspección. Las personas tóxicas están frecuentemente tan preocupadas por sus contradicciones internas que son incapaces de entender el impacto que tienen en los demás, por eso necesitan que les hagan ver cómo son percibidas.

Inteligencia social y emocional
La relación entre una y otra es cada día más clara. Por ejemplo, cuando Reagan era presidente de Estados Unidos generó un alto nivel de afecto que no hizo más que crecer una vez que dejó su cargo. Sin embargo, aquellos que trabajaban más próximos a él se daban cuenta de la paradójica contradicción entre su persona emocional y su persona social. Reagan era muy habilidoso para motivar y encantar a la gente; pero eran muy pocos quienes, a un nivel personal, podían conectar con él. Las relaciones con los miembros de su propia familia eran distantes y tensas. De hecho, sus colaboradores decían que les demostraba muy poco interés. Ronald Reagan era un hombre con una tremenda inteligencia social, pero con muy poca inteligencia emocional.

Necesitamos hacer de nuestra inteligencia social una prioridad y desarrollarla para ganar el respeto y cariño de quienes nos rodean. La necesitamos para aprender a colaborar e influir de forma efectiva y para conectar con aquellos a los que dirigimos.

Para conseguirlo, tenemos que trabajar nuestra empatía. Hemos de ser capaces de presentarnos de forma adecuada y ganarnos el respeto del equipo. La inteligencia social puede reducir el conflicto, crear colaboración y eliminar la polarización a través del entendimiento. Solo de esta forma movilizaremos a las personas hacia los objetivos comunes.

Por Karl Albrecht

miércoles, 31 de julio de 2013

¿Cómo se propagan las ideas? ¿Qué mensajes irán viral en las redes sociales, y esto puede ser predicho?

¿Cómo se propagan las ideas? ¿Qué mensajes irán viral en las redes sociales, y esto puede ser predicho?
 
Psicólogos UCLA han dado un importante paso hacia la respuesta a estas preguntas, la identificación por primera vez que las regiones del cerebro asociadas con el éxito de la difusión de ideas, a menudo llamado "zumbido".
 
La investigación tiene una amplia gama de implicaciones, dicen los autores del estudio, y podrían dar lugar a campañas más efectivas de salud pública, los anuncios más persuasivas y mejores maneras para que los maestros se comunican con los estudiantes.
 
"Nuestro estudio sugiere que las personas que están en sintonía con regularidad sobre cómo las cosas que estamos viendo van a ser útiles e interesantes, no sólo para ellos mismos sino para los demás", dijo el autor principal del estudio, Matthew Lieberman, profesor de UCLA de la psicología y de la psiquiatría y ciencias bioconductuales y autor del próximo libro "Social:. ¿Por qué nuestros cerebros están diseñados para la conexión" "Nos parece que siempre estar en la búsqueda de quién más se encuentra este útil, pruebas divertido o interesante, y nuestros datos del cerebro están mostrando eso. En el primer encuentro con la información, las personas que ya están utilizando la red cerebral implicada en el pensamiento acerca de cómo esto puede ser interesante para otras personas. Estamos conectados a querer compartir información con otras personas. Creo que es una declaración profunda sobre la naturaleza social de nuestras mentes ".
 
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición digital de la revista Psychological Science, con la publicación de la impresión de seguir a finales de este verano.
 
"Antes de este estudio, no sabíamos qué regiones del cerebro se asocian con las ideas que llegan a ser contagiosa, y no sabíamos qué regiones se asociaron con ser un comunicador eficaz de las ideas", dijo el autor principal Emily Falk, quien condujo la investigación como estudiante de doctorado en el laboratorio de UCLA Lieberman y actualmente es miembro de la facultad en la Universidad de Pennsylvania Escuela Annenberg para la Comunicación. "Ahora nos hemos trazado las regiones del cerebro asociadas con las ideas que puedan ser contagiosas y se asocian con ser un buen" vendedor idea. En el futuro, nos gustaría ser capaces de utilizar estos mapas cerebrales para pronosticar lo que es probable que tenga éxito y que es probable que sea eficaz en la difusión de las ideas. "
 
En la primera parte del estudio, 19 estudiantes de UCLA (edad promedio 21), fueron sometidos a resonancia por imágenes (fMRI), los escáneres cerebrales magnéticas funcionales Center Brain Mapping Ahmanson-Lovelace de la UCLA  , ya que vieron y oyeron información sobre 24 posibles ideas de piloto de televisión. Entre los pilotos ficticios - las cuales fueron presentadas por un grupo independiente de los estudiantes - fuera un espectáculo sobre los ex-reina de belleza de las madres que quieren que sus hijas sigan sus pasos, una telenovela española acerca de una mujer joven y sus relaciones, un reality show en el que los concursantes viajan a países con ambientes hostiles, un programa de los vampiros adolescentes y hombres lobo, y un espectáculo sobre los mejores amigos y rivales en una familia del crimen.
 
Se pidió a los estudiantes expuestos a estas ideas piloto de televisión para visualizarse a sí mismas como pasantes estudio de televisión que decidirían si ellos recomendarían cada idea a sus "productores". Estos estudiantes hicieron evaluaciones en video de cada piloto.
 
Se le preguntó a otro grupo de 79 estudiantes de la UCLA (edad promedio 21) para actuar como los "productores". Estos estudiantes vieron videos de las evaluaciones de los pilotos de los internos "y luego hicieron sus propias notas sobre las ideas piloto a partir de esas evaluaciones.
 
Lieberman y Falk querían saber qué regiones del cerebro se activaban cuando los internos fueron expuestos a la información que más tarde pasar a otros.
 
"Estamos constantemente expuestos a la información en Facebook, Twitter, y así sucesivamente", dijo Lieberman. "Algunos de los que nos pasan, y muchos de ellos no lo hacemos ¿Hay algo que sucede en el momento en que primero vemos -. Tal vez incluso antes de que nos damos cuenta de que podríamos pasarlo - que es diferente de las cosas que nos pasará el éxito frente a los que no lo haremos? "
 
Resulta que hay. Los psicólogos descubrieron que los internos que estaban especialmente bueno en persuadir a los productores mostraron significativamente mayor activación en una región del cerebro conocida como la unión temporoparietal o TPJ, en el momento en que fueron expuestos a las ideas piloto que más tarde recomendar. Ellos tenían una mayor activación en esta región que los internos que fueron menos convincentes y una mayor activación que ellos mismos tenían al ser expuestos a las ideas experimentales que no les gustaba. Los psicólogos llaman a esto "efecto vendedor". El
 
"Era la única región del cerebro que mostraron este efecto", dijo Lieberman. Uno podría haber pensado en regiones del cerebro asociadas con la memoria mostrarían una mayor activación, pero ese no era el caso, dijo.
 
"Queríamos explorar lo que diferencia a las ideas que una bomba de ideas que van viral", dijo Falk. "Hemos encontrado que el aumento de la actividad en el TPJ se asoció con una mayor capacidad para convencer a otros para subir a bordo con sus ideas favoritas. Nadie había visto antes en qué regiones del cerebro están asociados con el éxito de la difusión de ideas. Se podría esperar que la gente sea más entusiasta y obstinado de las ideas que ellos mismos están entusiasmados, pero nuestra investigación sugiere que no es toda la historia. Pensando en lo que atrae a los demás puede ser aún más importante. "
 
El TPJ, situado en la superficie externa del cerebro, es parte de lo que se conoce como "red de mentalización," del cerebro que participa en la reflexión sobre lo que otras personas piensan y sienten. La red también incluye la corteza prefrontal dorsomedial, situado en el centro del cerebro.
 
"Cuando leemos ficción o ver una película, estamos entrando en la mente de los personajes - que se mentalización", dijo Lieberman. "Tan pronto como se oye una buena broma, piensas, '¿A quién puedo decirle que esto y que no puedo saber? Hacer este juicio activar estas dos regiones del cerebro. Si estamos jugando poker y estoy tratando de averiguar si es un farol, que se va a invocar esta red. Y cuando veo a alguien en el Congreso declarar y estoy pensar si están mintiendo o diciendo la verdad, que va a invocar estas dos regiones del cerebro.
 
"Las buenas ideas se convierten en el sistema de mentalización", dijo. "Ellos nos hacen querer decir a la gente."
 
Los internos que mostraron más actividad en su sistema de mentalización cuando vieron los pilotos tenían la intención de recomendar eran entonces más éxito en convencer a los productores de recomendar también a los pilotos, según los psicólogos.
 
"Como estoy mirando una idea, que podría estar pensando en lo que otras personas puedan valorar, y que me podrían hacer una mejor idea vendedor después", dijo Falk.
 
Al estudiar aún más la actividad neuronal en estas regiones del cerebro para ver qué tipo de información e ideas activar estas regiones, los psicólogos podrían potencialmente predecir qué anuncios son los más propensos a propagarse e ir viral y que será la más efectiva, Lieberman y Falk dijo.
 
Tal conocimiento podría también beneficiar a las campañas de salud pública destinadas a todo, desde la reducción de comportamientos de riesgo entre los adolescentes a combatir el cáncer, el tabaquismo y la obesidad.
 
"La explosión de las nuevas tecnologías de la comunicación, junto con nuevas herramientas de análisis, promete expandir drásticamente nuestra comprensión de cómo se propagan las ideas", dijo Falk. "Estamos sentando fundamentos básicos de la ciencia a las cuestiones de salud pública addressimportant que son difíciles de responder de otra manera - en lo que hace campañas de éxito y cómo podemos mejorar su impacto."
 
Como nos guste particulares DJs de radio que tocan música que disfrutamos, la Internet nos ha llevado a actuar como "DJs información" que comparten cosas que creemos que será de interés para las personas en nuestras redes, dijo Lieberman.
 
"Lo novedoso de nuestro estudio es la constatación de que la red de mentalización está involucrado cuando leo algo y decidir quién más podría estar interesado en él", dijo. "Esto es similar a lo que un anunciante tiene que hacer. No es suficiente con tener un producto que la gente quiere."
 
Los co-autores del estudio son Sylvia Morelli, un estudiante graduado en el laboratorio de Lieberman, que ahora es un investigador postdoctoral en la Universidad de Stanford; Locke Welbourn, un estudiante graduado de UCLA en el laboratorio de Lieberman, y Karl Dambacher, un ex asistente de investigación de pregrado UCLA.
 
UCLA es la universidad más grande de California, con una matrícula de más de 40,000 estudiantes de grado y de posgrado. La Universidad UCLA de Letras y Ciencias y 11 escuelas profesionales de la universidad cuentan con profesores de renombre y ofrecen 337 programas de grado y especializaciones. UCLA es un líder nacional e internacional en la amplitud y la calidad de sus académicos, de investigación, de salud, culturales, programas educativos y deportivos continuos. Seis alumnos y seis profesores han sido galardonados con el Premio Nobel.

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III JORNADA DE BIOTECNOLOGÍA ALIMENTARIA Y I JORNADA INTERNACIONAL DE CREACIÓN INTELECTUAL


martes, 23 de julio de 2013

Dieta mental

El cerebro funciona con energía bioquímica y si sabemos cómo funciona, podremos sacarle más partido. Pero al igual que cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, necesitamos entrenarlo y esto solo se logra con una “dieta mental”, compuesta por distintas actividades, que no siempre incluimos en nuestro día a día. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con Daniel J. Siegel, describen lo qué tenemos que hacer para lograrlo. Lo han denominado “la bandeja de la mente saludable” y consta de siete actividades que hemos de realizar con frecuencia.Marta Romo la ha rebautizado como la agenda arco iris, que ha de convivir con nuestra agenda diaria para ser más creativos y desarrollar nuestro talento.
Veamos qué tendría que incluir nuestra dieta:
  1. Dormir, lo que refresca la mente, el cuerpo y consolida la memoria, asienta piezas de información que hemos ido aprendiendo durante el día. No es de extrañar que cuando nos levantamos nos vengan respuestas a problemas que antes de acostarnos no teníamos solución. Simplemente, el sueño ha hecho su trabajo. ¿Y cuánto hemos de dormir? Aunque habitualmente se piense que lo normal son ocho horas diarias, Rock y Siegel aseguran que depende de cada persona. Así pues, cada uno ha de saber cuánto tiempo es el adecuado para que su cuerpo y mente estén a pleno rendimiento. Por cierto, Albert Einstein dormía normalmente 10 horas diarias excepto en el caso de que estuviera trabajando en ideas que consideraba importantes, en ese caso dormía 11.
  2. Jugar, para experimentar con la vida: hace unos días hablamos de la importancia del juego, importancia que reafirma la neurociencia. Gracias al juego, somos más flexibles en nuestras emociones y podemos ser más creativos. Esta es la explicación científica de por qué somos más permeables al aprendizaje cuando disfrutamos con lo que hacemos. Nuestras frecuencia de ondas contribuyen a ello.
  3. No hacer: es posible que sea una de las más nos cuesta. No significa placer, sino tiempo para no focalizarse en nada en concreto, como cuando estamos en un avión y nuestra mente fluye sin objetivo específico u oímos música sin reparar ni en la letra. Son momentos que nos ayudan a que luego seamos más eficaces en alcanzar un objetivo. Por ello, a veces, antes de ponernos con una tarea compleja, es recomendable “perder” el tiempo haciendo otras cosas sin importancia. Es un preámbulo necesario para encontrar una solución.
  4. Desarrollar la introspección o vivir en el momento presente: a los que accedemos a través de actividades como son dar un paseo en plena naturaleza, escuchar una música tranquila o realizar algún tipo de meditación o relajación sin juicio. Ayuda a rebajar el estrés y reduce la presión arterial y la tensión muscular. De algún modo, es un actividad antesala para ser mucho más eficaces en nuestro trabajo.
  5. Conectar con los otros: es el tiempo dedicado a construir relaciones saludables, en las que disfrutemos de la compañía, de una buena conversación o de mantener un satisfactorio contacto físico. En alguna ocasión hemos hablado de la necesidad de la amistad como elemento que nos aumenta la esperanza de vida. Gracias a la conexión con otras personas somos capaces, además, de mejorar nuestro sistema endocrino, cardiovascular e inmunitario. 
  6. Hacer ejercicio físico: Todos sabemos que necesitamos hacer deporte para sentirnos sanos, pero lo que ha demostrado la neurociencia es que el ejercicio físico nos ayuda también a que nuestro cerebro sea más plástico para el aprendizaje y la creatividad. Potencia además las actividades neuronales que le protegen del envejecimiento o de cualquier otro daño que podamos hacerle. La variedad en el ejercicio es amplia: desde el deporte hasta caminar, bailar, senderismo… 
  7. Focalizarse en objetivos: es el tiempo que dedicamos a realizar tareas para ser eficientes. La tecnología nos ha ayudado a que encontremos cualquier momento a lo largo de un día para resolver problemas, emails, llamadas… sin embargo, para focalizarnos en las tareas de un modo más eficiente es recomendable que nos centremos en alguna, que no caigamos en la multitarea, que nos roba tiempo y energía.
Pues bien, de acuerdo con la neurociencia si queremos ser más eficaces y creativos debemos incluir una serie de actividades que musculen nuestro cerebro, como las del descanso, la reflexión o el contacto con amigos. En la medida que olvidemos a alguna de las anteriores, nuestro querido cerebro se sentirá cojo de alguno de los ingredientes que le permiten estar a pleno rendimiento.
Recetas
  1. Toma tu agenda de las últimas semanas e identifica de la relación de actividades anteriores en cuáles te has centrado más y cuáles has dejado un poco de lado.
  2. Reflexiona si tienes posibilidad, medios o personas para poder realizar todas y cada una de las siete actividades de la agenda arcoíris, como dice Marta Romo.
  3. Define un plan de acción en aquellas que sientes que están un poco más aparcadas.
Fórmula
El cerebro funciona con la energía. En la medida que lo alimentemos con las siete actividades fundamentales podremos estar a pleno rendimiento.

sábado, 13 de julio de 2013

SEDENTARISMO COGNITIVO


Mantener la mente ocupada reduce la pérdida de memoria
"Esto confirma que el efecto de la actividad cognitiva está por encima de todo factor asociado con una patología".



NUEVA YORK (Reuters Health) - Quienes dedican mucho tiempo a la lectura, la escritura u otras formas de procesar nueva información perderían la memoria y otras habilidades cognitivas más lentamente con la edad.

Un equipo halló que mantenerse "cognitivamente activo" en la juventud y la madurez está asociado con un mejor rendimiento en las pruebas de memoria a los 80 años.

Esto se comprobó también a través de las autopsias de los cerebros de los participantes que murieron y al tener en cuenta los cambios que indican la aparición de trastornos cognitivos, como el Alzheimer temprano.

"Existe una controversia sobre por qué un estilo de vida cognitivamente activo está asociado con (un menor riesgo de) deterioro cognitivo", dijo el autor principal, Robert Wilson, del Centro Médico de la Rush University, en Chicago.

"Una teoría es que el sedentarismo cognitivo es una consecuencia de una enfermedad subyacente y no un factor de riesgo", agregó.

Pero Wilson indicó que el estudio sugiere que la explicación no sería que los cerebros más enfermos serían menos activos en la tercera edad.

Con su equipo, desde 1997, le preguntó a más de 1.600 adultos mayores con qué frecuencia iban a una biblioteca, escribían cartas y buscaban información cuando eran niños, adultos y adultos mayores. Luego, les evaluaron la memoria y la función cognitiva anualmente para conocer su evolución.

Los nuevos resultados pertenecen a 294 de esos participantes que murieron cuando tenían alrededor de 89 años, a los que se les realizó una autopsia de cerebro para identificar cambios cognitivos.

Cada uno había realizado unos seis test cognitivos durante el estudio; 102 habían desarrollado demencia y 51 tenían un deterioro cognitivo leve.

Las habilidades cognitivas y la memoria se deterioraron un 48 por ciento más rápido en aquellos con poca actividad cognitiva y un 32 por ciento más lento en los más activos cognitivamente.

Además, la pérdida de función cognitiva se aceleró un 42 por ciento en quienes rara vez leían y escribían en la niñez y la juventud, y se retrasó un 32 por ciento en los participantes muy activos cognitivamente.

"Esto confirma que el efecto de la actividad cognitiva está por encima de todo factor asociado con una patología", dijo Charles Hall, de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York.

"Durante mucho tiempo pensamos que la actividad cognitiva no produciría ningún daño y hasta sería positiva, y esto lo confirma", agregó.

El estudio, publicado en la revista Neurology, no prueba que estar mentalmente activos proteja del deterioro cognitivo. Pero Wilson consideró que los resultados se "acercan a eso".

"Un estilo de vida cognitivamente activo es bueno para la salud cerebral en la tercera edad", sostuvo y recomendó optar por actividades estimulantes y desafiantes que se puedan sostener durante el envejecimiento.

FUENTE: Neurology, online

viernes, 21 de junio de 2013

DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN "DNF" con EVIDENCIA CIENTÍFICA.


DNF basado en evidencia científica from Cth Consultores

Cómo transcender la subjetividad de quienes hacen la Detección de Necesidades de Formación "DNF", Detección de Necesidades de Adiestramiento "DNA" y/o Detección de Necesidades de Capacitación "DNC", para ello proponemos DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN "DNF" con EVIDENCIA CIENTÍFICA. Una inversión segura.

jueves, 20 de junio de 2013

La paternidad modifica el cerebro y mejora la memoria

El nacimiento de un hijo implica cambios en la vida de una persona. Es muy común hablar de la maternidad y de las modificaciones físicas y hormonales que sufre la mujer durante esta etapa. Pero, sin embargo, poco se conoce sobre la biología del vínculo padre-hijo. ¿Qué sucede realmente en el cerebro de un hombre cuando se convierte en papá? Poco a poco la ciencia está comenzando a buscar respuestas. Nuevas investigaciones hechas tanto en animales como en seres humanos demuestran que la paternidad produce cambios físicos y químicos en el cerebro y, además, que el vínculo padre-hijo refuerza y mejora funciones cognitivas fundamentales como la memoria y al aprendizaje.
Y es que las neuronas del cerebro adulto se reconfiguran y crecen en respuesta a los grandes cambios de la vida, como la paternidad. “El cerebro es altamente plástico y todo lo que sucede en nuestra vida lo modifica en mayor o menor medida. Cada vez hay más evidencia de las neurociencias que demuestran que el amor paternal tiene una red del cerebro que comparte algunas estructuras con otros tipos de amor –como el romántico–, pero que algunas áreas le son exclusivas y que tienen funciones en el apego y las relaciones sociales”, explicó Ezequiel Gleichgerrcht, investigador en neurociencias cognitivas de Fundación Ineco.
En 2006, investigadores de la Universidad de Princeton, EE.UU., analizaron la estructura del cerebro de los monos llamados titís (Callithrix jacchus) y encontraron que era distinta en los titís que eran papás en comparación con los que no lo eran. El estudio publicado en la revista Nature Neuroscience concluyó que quienes eran padres tenían una mayor densidad de conexiones en una región del cerebro conocida como la corteza prefrontal que juega un papel crucial en funciones cerebrales superiores como la cognición.

En otra investigación, el psiquiatra de la Universidad de Basilea (Suiza) Erich Seifritz y su equipo utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para demostrar que cierta área del cerebro de los padres se activa al oír el llanto de un bebé: la amígdala, que está implicada en el procesamiento de las emociones.

Hormonas. Cuando los padres tienen a su hijo recién nacido en brazos, aumenta su producción de oxitocina, la misma hormona que ayuda a las mujeres durante el parto a la contracción del útero, y prolactina, la hormona que se encarga de la producción de leche en las madres durante la lactancia. Esta es la conclusión a la que arribó un estudio de las universidades de Yale (EE.UU.) y de Bar-Ilan (Israel) en las que se evaluó a 160 hombres antes de ser padres y durante los seis meses posteriores. Estas hormonas actúan sobre la amígdala, centro emotivo del cerebro y se cree que ello condiciona los sentimientos y pensamientos en relación con el recién nacido.
Ser padre saca a la luz el lado más femenino de los hombres. Un estudio de 2011 demostró que los niveles de testosterona –la hormona masculina por excelencia– se reducen significativamente tras la paternidad. Es más, cuanto más implicado está el padre en la crianza del bebé, más se reduce su testosterona, según señaló el trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. “La disminución de la testosterona parece ser un ajuste biológico que ayuda a los hombres a cambiar sus prioridades cuando llegan los hijos, ya que rasgos como la agresividad y la competencia son menos útiles”, dijo Christopher Kuzawa, antropólogo de la Universidad Northwestern de EE.UU. y uno de los firmantes del estudio.

Pero lo cierto es que aún queda mucho por conocer acerca de la función de estas hormonas en cuanto a su vinculación con el rol paterno.

“Se conoce menos sobre el amor paternal (en referencia exclusiva a padres) que el maternal que es el que suele investigarse. Los estudios en humanos y animales demuestran que se activan redes que disparan cambios hormonales en testosterona, oxitocina, prolactina y otros químicos importantes para el afecto y las conductas sociales. Se conoce poco aún de las áreas cerebrales: en padres, comparado a no-padres, se activa la corteza prefrontal y la amígdala cuando su hijo llora, pero aún es poca la evidencia de la red neural específica de este tipo de amor”, dijo Gleichgerrcht.
Pero no hay dudas de que las relaciones humanas significantes, como lo es la relación padre-hijo, contribuyen a la salud mental “porque implican activaciones de circuitos que favorecen la sociabilización, un factor protector ante los estresores de la vida”, concluyó el investigador.

sábado, 15 de junio de 2013

Nacen cada día muchas más neuronas de las que se pensaba

Hace cincuenta años, tras la crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962, se acordó limitar las pruebas nucleares. La preocupación en la opinión pública por la escalada del armamento y los ensayos nucleares, obligaron a los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética a firmar al año siguiente el Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas Nucleares, aunque Francia y China continuaron realizándolas. Éste prohibía los ensayos en la atmósfera, bajo el agua y en el espacio, permitiendo sólo los subterráneos.

Como consecuencia de estas detonaciones, los niveles de carbono-14, una forma no radiactiva de ese elemento, crecieron en la atmósfera para descender posteriormente a partir de 1963, a niveles cercanos a los habituales. Con los alimentos, el organismo absorbe grandes cantidades de carbono contenido en los vegetales y animales y es utilizado posteriormente a medida que nacen nuevas células de las que pasa a formar parte.

Un grupo de investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), en el que participa Jonas Frisén, ha podido comprobar que las mismas concentraciones de este carbono pesado encontradas por aquellos años en el aire, se reflejan en las largas cadenas del ADN de las células del cerebro y gracias a ello han podido arrojar luz sobre un tema pendiente en neurociencia, el del nacimiento de nuevas neuronas en el cerebro adulto. El estudio se ha publicado en el último número de la revista Cell.

ARQUEOLOGÍA CEREBRAL
De este modo, las neuronas nacidas en los años cuarenta y cincuenta han sido datadas de igual modo que los arqueólogos fechan sus hallazgos. Midiendo la concentración en el hipocampo -la región cerebral asociada a los procesos del aprendizaje y la memoria-, de muestras de tejido procedente de personas fallecidas, los investigadores han encontrado que más de una tercera parte de estas células son renovadas a lo largo de la vida. Se ha estimado que alrededor de 1.400 neuronas nuevas se incorporan cada día durante la edad adulta en el hipocampo, un ritmo que apenas decrece con la edad. "Durante mucho tiempo se pensó que el hombre nacía con un número determinado de neuronas y que no se formaba ninguna nueva después del nacimiento", explica Frisén. Experimentos llevado a cabo hace 15 años con bromodeoxiuridina, una sustancia química que ya no se utiliza para estudios con personas, dejaron claro que sí había neurogénesis en el cerebro adulto, como habían sugerido trabajos previos, pero no zanjaron la polémica existente en este controvertido tema entre la comunidad neurocientífica.

Ésta "es la primera evidencia de que hay una sustancial neurogénesis en humanos a lo largo de su vida adulta, lo cual apunta a que esas nuevas neuronas contribuyen al funcionamiento del cerebro", destaca Frisén. "Aún a falta de analizar en profundidad las ventajas o desventajas de su modelización matemática, y sobre las que habrá que tener la debida cautela, los hallazgos de Spalding y colaboradores demuestran que existe en el hipocampo humano adulto una tasa de neurogénesis muy superior a la sospechada hasta ahora, que es similar en cantidad en hombres y mujeres, y que estas nuevas neuronas tienen en el ser humano una vida media de alrededor de 7 años, la mitad de la de las neuronas que nacieron durante el desarrollo cerebral.

Pero lo más importante de todo es que la tasa de neurogénesis adulta declina durante la vida del individuo mucho más despacio que en roedores. Así, mientras que en los ratones de laboratorio la tasa de neurogénesis decae a la décima parte del nivel de la neurogénesis inicial a los 9 meses de vida del roedor, que suele vivir una media de dos años, en el ser humano esta tasa sólo decae al 25% en toda la vida, como se ha visto ya que se examinaron cerebros de sujetos de hasta 92 años", explica José Luis Trejo, responsable del grupo de Neurogénesis Adulta del Instituto Cajal-CSIC.

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS NUEVAS NEURONAS?
Debido a que el proceso es similar en los roedores, la neurogénesis en humanos podría jugar el mismo papel que en aquellos, donde se ha demostrado que las neuronas recién incorporadas influyen en los procesos cognitivos y los desórdenes mentales. "Desde hace tiempo se sospecha que la depresión está relacionada con una menor neurogénesis en el hipocampo. Nuestros hallazgos podrían abrir el camino para desarrollar antidepresivos más efectivos una vez se comprenda a fondo todo el proceso", apunta Frisén.

Uno de los interrogantes que hoy persisten es la función que realizan las neuronas nuevas en el cerebro. Según explica José Luis Trejo, en los últimos 25 años se ha acumulado evidencia de que las neuronas inmaduras nacidas en el cerebro adulto cumplen una función importante para los circuitos neurales relacionados con el aprendizaje, memoria y respuesta a un medio ambiente en constante cambio. Incluso un reciente estudio publicado anteriormente en Science, apunta que una parte importante de las diferencias en la personalidad podría deberse a estas nuevas neuronas.

"Aquellos científicos reticentes a considerar relevante la neurogénesis humana adulta siguen teniendo razón en una sola cosa: los modelos matemáticos utilizados hasta la fecha no han sabido descubrir aún para qué sirven, en última instancia, estas nuevas neuronas en el hombre, pero a partir de este estudio, no podremos volver a decir que la neurogénesis adulta en humanos es una reminiscencia filogénica", opina Trejo. Y es que, explica el investigador del Cajal, en la escala filogenética, a medida que se asciende en las escala evolutiva, cada etapa tiene menos neurogénesis, lo que dio pie a que, en la década de los ochenta, muchos científicos de prestigio, ante las enormes evidencias de que existía neurogénesis en el cerebro adulto de los mamíferos, cuestionaran si esas nuevas neuronas servían para algo. 

Fuente: revista CELL

domingo, 9 de junio de 2013

1er Encuentro Regional de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado Carabobo


Los invito a participar en el 1er Encuentro Regional de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado Carabobo. Más información aquí.